El pasado mes de Abril, pudimos asistir a la obra “El Ignorante y el Demente” en el teatro del Musical, situado en el Cabanyal. La obra nos ofreció un caprichoso texto de Bernhard, autor alabado por su ingenio y atrevimiento en sus textos. Esta obra nos situaba en los camerinos de una ópera y el reservado de un restaurante de renombre. Relata las vivencias de tres personajes unidos en una trémula relación, una prestigiosa cántate de ópera, su padre -ciego, alcohólico y desquiciado- y un médico forense que acompaña a la pareja. Lo hilarante de los diálogos que se suceden basan su esencia en la velocidad de las replicas y en como el médico forense relata la metodología de una autopsia al padre, intercalando conversaciones con la cantante y sus delirios de grandeza. Una cantante que odia al público y que posee una voz privilegiada, un médico erudito y un padre atormentado por el comportamiento de su hija. El cuarto personaje es la ayudante personal de la cantante que se ve asediada por las necesidades y la histeria de la artista.
Combinación atractiva de un estilo teatral que anuda el sin sentido vital de una vida ya de por sí desquiciada, con el tecnicismo y la perfección quirúrgica de una autopsia descrita hasta en el más mínimo detalle.
Esto no es más que un entremés de lo mucho que se puede encontrar en esta obra tan completa y aplaudida, como tachada y abucheada, por lo arriesgado de su planteamiento. El espectador dentro de cada uno es el único que podrá dar su veredicto.
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